Apenas retengo en la memoria unos pocos de detalles de ‘El mago de Oz‘, el musical de 1939: el tornado, los zapatos rojos, el ‘We’re off to see the wizard’, el león cobarde… Pero sí recuerdo la sensación de poder ver esa película una y otra vez sin aburrirme. Con ‘Oz, un mundo de fantasía‘, no ocurre lo mismo. El filme que narra los orígenes del misterioso mago está lejos de convertirse en un clásico. Pero seamos justos: tampoco parece esa su intención. Más bien diría que busca entretener a toda la familia, deslumbrar con sus mágicos escenarios y homenajear a su predecesora desvelando el origen de algunos de los personajes principales. Y eso, la película de Sam Raimi sí lo consigue.
Raimi nos sumerge en el mágico mundo de Oz con toda la artillería visual disponible, incluido un oportuno 3-D, y la experiencia es satisfactoria. Nos dejamos deslumbrar por los coloridos paisajes de este universo de cuento, tomamos cariño a sus entrañables criaturas y cuando acaba queremos ver más.
La historia, además, tiene interés y nos sentimos intrigados por la forma en que el mago logrará deshacerse de la bruja mala y así cumplir la profecía que, al parecer, le ha llevado a Oz. Por el camino hacia esa resolución, algunos personajes nos enternecen (la muñeca de cerámica es una monada), otros nos hacen reír (el mono volador) y los hay que incluso nos hacen sentir lástima, un sentimiento que el espectador adulto nunca echa de menos.
Pero, a pesar de que todo se conduce con agilidad y acierto, la de ‘Oz, un mundo de fantasía’ no es una gran historia. Faltan explicaciones más detalladas del por qué y el cómo y una mayor profundidad de los personajes, sobre todo ellas. Porque las brujas de Oz son, al fin y al cabo, la gran baza del argumento.
De hecho, el interés que despiertan las motivaciones del mago Oz se disuelve tan pronto como éste entra en el universo que lleva su nombre. Son ellas, Theodora, Evanora y Glinda, sobre las que queremos, necesitamos, saber más. Así, más que una secuela como se rumorea que ya está encargada, lo que pido desde aquí es volver atrás en el tiempo para contar los orígenes de, esta vez, las tres brujas.
Además, la elección del casting es perfecta: Mila Kunis, guapísima; Rachel Weisz, pura maldad; y Michelle Williams, sorprendentemente dulce para lo que esta actriz nos tiene acostumbrados. En cuanto a Oz, James Franco parece el intérprete idóneo para dar vida a un hombre ambicioso y con pocos escrúpulos que verá cómo ese mágico país le ablanda el corazón.
Homenaje
Por otra parte, el filme de Sam Raimi no se olvida de los más nostálgicos desde el mismo comienzo que se muestra en blanco y negro y formato 1.33:1, como en su día se vio ‘El mago de Oz’. Ese tramo es quizás el más interesante en cuanto al argumento, al menos para el público adulto. Lástima que no vuelva a recordarse en el resto de la película, ni siquiera para explicar los paralelismos entre uno y otro mundo.
El homenaje al trabajo de Victor Fleming continúa con pequeños guiños como el león que huye del mago, la burbuja en la que viaja Glinda o el truco final. Guiños que suponen la guinda en el pastel para una película deliciosa.
Nota: 6 / 10
Para recordar:
La acertada elección de James Franco para dar vida a un personaje que puede causar tanto agrado como desagrado.
La muñeca de porcelana.
Su conexión con ‘El mago de Oz’.
Para olvidar:
Que la banda sonora de Danny Elfman parezca un popurrí de melodías conocidas de otros títulos.
22 marzo, 2013 a las 11:56
Una cosa más para olvidar (como mínimo para nosotros): ese croma tan cansino y mal montado… verde hasta la saciedad
25 marzo, 2013 a las 16:34
Lo cierto es que Sam Raimi ha sabido producir una película dirigida a dos tipos distinto de público: a personas adultas capaces de ejercitar mínimamente el cerebro y salir de la proyección con un sentimiento de identificación con el Mago en alguna estapa de su vida personal, y por otro lado, a niños de 7 años o adolescentes que disfrutan y se dejan sorprender por el colorido del paisaje efectos especiales y sonoros, monos que hablan, muñecas de porcelana que cobran vida, rayos y luces estreoscópicas por doquier.
La historia narra el eterno conflicto Cognición-Racionalidad (Evanora) Vs. Emoción-Pasión (Theodora).
Una vez que El Mago consigue escaparse en globo de la realidad en la que vive y se adentra en el mundo de Oz (es decir, en su PROPIA MENTE), se encomienda a Dios para ser mejor persona y convertirse en un hombre mejor, y es en este preciso momento donde comienza el verdadero proceso de evolución psicológica del protagonista, por el que todos hemos pasado en algún momento de nuestras vidas.
Primero, unos escenarios y paisajes llenos de colores, formas imposibles, animales plantas y seres nunca vistos, representan el imput ( la imaginación, originalidad etc..) y los recursos aun sin explotar que posee un Gran Mago que aún no se vé asimismo como tal. Este alter ego, protagonista del film durante las siguientes 2 horas no es más que la meta y objetivo único que pretende conseguir
Acto seguido, se nos presenta en la trama el Sistema límbico (parte del cerebro encargado del procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales más primitivas: cariño, amor,celos,ira, y venganza) vestida de un llamativo rojo,(haciendo referencia a la visceralidad de estos sentimientos que emanan del corazón), que responde al nombre de Theodora..
Theodora ama al Gran Mago, y cree fielmente que ha llegado como salvador de la ciudad, de la BRUJA MALA,( que no es sino una metafora una vida de fracasos haciendo númeritos sin éxito, recorriendo América de pueblo en pueblo para un público que se ríe de él..) Theodora representa ese instinto primitivo e ilusión de querer cambiar a una vida mejor.
25 marzo, 2013 a las 16:34
Tras unos minutos de procesamiento de este cocktail de emociones, y de deseos irracionales de cambio, el director nos presenta al pequeño mono-alado, que no es sinó una visión que tiene el protagonista sobre sí mismo. Un mono al que a lo largo de la pelicula vemos como cada vez le va pesando menos la maleta, de acuerdo con la evolución del personaje y su transformación en mejor persona.
Por tanto, ya tenemos 3 elementos. esenciales: Un yo representado por un mono disfrazado de botones al servicio total y absoluto, (como si de un Hotel de 5 estrellas se tratase) de su alter ego (Gran Mago), y un deseo, creencia o motivación irracional de evolucionar y de convertirse en un gran Mago representado por Theodora)
Este deseo de superación, se ve truncado rápidamente con la intervención de la Corteza-prefrontal, región cerebral que está involucrada en la planificación de comportamientos cognitivamente complejos, y en los procesos de toma de decisiones, representada con un vestido Verde, y a la que han bautizado con el nombre de Evanora. Es decir, la parte racional del personaje que no cree que el cambio pueda ser posible a pesar de toda la recompensa que pudiera obtener por dicho éxito (todo el oro y rubies del mundo).
Con este cuarto elemento en discordia, ya tenemos bien esquematizada la trama: Los niños acaban de conocer a la mala de la película, y los adultos lo interpretarán como las excusas, motivos,o razones que un individuo se autoimpone o se autoconvence para evitar la transformación (Tengamos en mente que el ser humano es un ser de costumbres, y no demasiado proclive al cambio)
Evanora, (Racionalidad) traiciona a su propia hermana (Emoción) engañándola y convenciéndola , mediante ideas argumentos falsos y mentiras con el fin de que no progrese el cambio. Eterno conflicto “quiero, pero no puedo”. Es ene este momento, donde se produce el inevitable cambio , donde el amor se transforma en odio, ira , deseos de venganza (sentimientos incontrolables de los que emanan actos de violencia y destrucción) , como fruto de una frustración originada por nosotros mismos como consecuencia de la intermediación de la parte racional de la mente.
La Tercera bruja en discordia, simboliza la Consciencia de lo que está sucediendo, que debe unificar y someter a las demás partes de la mente para lograr el equilibrio y la paz.
Por otro lado, la muñeca de porcelana simboliza la fé o convicción que el mediocre Mago tiene en sí mismo. Rota, irreparable, dolida en un principio, pero que recobra fuerza a lo largo del film a medida que su ingenio y sus trucos convencen a los ciudadanos y reinas de ciudad Esmeralda de que es el gran Mago.
Una breve alusión a los ciudadanos de Ciudad Esmeralda , es más que suficiente para hacernos entender, que éstos representan las habilidades, capacidades trucos o inteligencias que este Mago posee, y que son las herramientas que utilizará para vencer a la Bruja mala.
Resumiendo el cambio o el éxito en la vida se consigue gracias a la combinación de diferentes elementos.
Un soporte físico, representado por un mono alado (con ganas de volar) (pyuede ser cualquiera de nosotros en cualquier momento de nuestra vida)
Fe y convicción : Muñeca de porcelana
Guiados por una mínima consciencia que nos une a la realidad.
Y una serie de capacidades y habilidades que hay que desarrollar.
Junto con estos elementos se conjugan otros 2.
La Irracionalidad de las Emociones- pasión o entusiasmo, que puede transformarse en frustración y odio que nos impulsan al movimiento
La Racionalidad de las Ideas, que por norma general nos empujan a la posición cómoda de la estabilidad y monotonía
5 abril, 2013 a las 23:16
Muy interesante la teoría, pero aceptarla implica pensar que en realidad Oscar Diggs terminó sus días estampándose contra el suelo en Kansas en 1905, víctima de un tornado que derribó su globo cuando escapaba de las represalias de un forzudo por un asunto de faldas.
Y yo creo que el mundo de Oz es real. Tiene que serlo, no hay otro remedio, pues si aceptamos que esta película y "El Mago de Oz" (1939) son una misma línea argumental, no tendría sentido que Oscar Diggs y Dorothy Gale, dos personas que no se han conocido nunca y que han vivido en diferentes épocas (separadas por más de 20 años) hayan tenido la misma alucinación del mundo de Oz, en parecidas circunstancias (con un tornado de por medio).
En los libros, tengo entendido que el mundo de Oz es algo real y no una imaginación fruto de la mente, pero en la película de 1939 dejaron entrever que todo había sido un sueño de Dorothy (de ahí que los personajes con los que ella se encuentra, Mago incluído, sean la viva imagen de sus familiares, vecinos y conocidos)
Esta película quiere homenajear a la cinta de Fleming y por ello deja caer como el que no quiere la cosa (menos claramente que la cinta original) que pueda darse la misma situación y por ello recurre al golpe en la cabeza antes de entrar en el mundo fantástico y recurre a las caras conocidas (solo una, la de Glinda) y a los alter ego (el mono es su socio, la muñequita es la niña que le pidió ayuda para andar, Glinda es Anna -"la mujer que creyó que había algo bueno en él"-, Teodora es todas las mujeres a las que ha usado y tirado…).
Pero, más que artefactos mentales, yo diría que todo lo que has expuesto son simplemente mecanismos del guión para que el personaje aprenda una lección. Toda historia tiene su moraleja. De la misma forma que Dorothy aprendía que no hay nada como el hogar, Oscar ha de aprender a apreciar la amistad, los ideales, la bondad y aceptar que ir engañando a mujeres ingenuas puede provocar daños duraderos en ellas (no pasajeros, como él pensaba). Guión y moraleja, pero no mente. Esa es mi opinión.
Tal vez el mundo de Oz sea así, un mundo al que sólo se puede acceder a través de los sueños y en el que puedes superar tus conflictos, pudiendo quedarte o no según quieras. Lo dicho, si sólo fuera esta película o la de 1939, la idea del sueño y el proceso mental tendría las de ganar, pero si en los libros Oz es real y aceptamos que es más probable que exista un mundo fantástico que que dos personas sin conexión compartan la misma alucinación con 20 años de diferencia, entonces Oz es real y las ambigüedades son decisiones creativas y nada más.
13 agosto, 2014 a las 15:39
Es una película genial, esta versión de el mago de Oz es la que me gusta más es una versión extraña pero muy buena.